
Entre las antiguas tabernas que tuvimos hace décadas en nuestro pueblo, podemos encuadrar a un establecimiento que no estuvo mucho tiempo y que no fue una taberna en si, nos referimos al kiosco del parque que regentaron durante unos años Juan Moya y su esposa Luisa.
Muchos de los que tienen más de 50 años, seguro que recuerdan el primer establecimiento que se montó en el parque municipal, en el mismo lugar donde se encuentra actualmente y que sus responsables fueron Juan y Luisa, un matrimonio que siempre estuvo en el mundo de la hostelería, y que a mediados de los 60, el Ayuntamiento le dio licencia para montar este negocio en el parque. Vemos en la foto a un grupo de vecinos tomando un refresco en el interior del pequeño local entre los que estaban sentados, a la izquierda Miguel Póvez, Barrio el abogado, Juan Chica, el Párroco Don Rafael Díaz, el sacerdote Don Lorenzo, y Jose Luis Quero.
Luisa aparece de pie sirviendo un refresco, su marido Juan estaba detrás de la barra, y el niño que aparece en primer plano, era Sebastián Moya “el curro”, sobrino de los dueños. Al comienzo de los 70 Juan y Luisa cambiarían de trabajo y se trasladaron al repetidor del Almadén como “caseros” hasta su jubilación.